La importancia de la diversificación
- G&E Investment

- 17 ago 2023
- 2 Min. de lectura

Una de las decisiones importantes que tomamos como inversor es la de diseñar una estructura de cartera que se adecúe a nuestras necesidades y características. El grado de diversificación que escojamos es una de las partes más importantes a tener en cuenta. La diversificación es una de las herramientas más efectivas de las que disponemos para controlar riesgos inherentes a algunos activos financieros, y obtener una cartera adecuada a nuestro perfil de riesgo.
La diversificación es el proceso que consiste en distribuir las inversiones en múltiples tipos de activos, pudiendo aumentar la probabilidad de que el portafolio pueda sobrellevar la volatilidad de los mercados.
Con un portafolio diversificado, probablemente los activos se verán menos afectados ante oscilaciones en los mercados en el corto plazo que si se invirtiera solo en un tipo de activo.
Ten en cuenta que los instrumentos de inversión están sujetos a los riesgos típicos de las inversiones, incluyendo los riesgos del mercado y los riesgos asociados al portafolio de inversión.
La diversificación es un método para reducir el riesgo de nuestra cartera mediante la inversión en diferentes activos. Su principal objetivo es mejorar la rentabilidad que obtenemos en relación al riesgo que asumimos. Invirtiendo en activos que reaccionen de forma diversa a posibles futuros escenarios, podemos evitar situaciones extremas en nuestra cartera.
¿Cuales son los 2 tipos de riesgo?
Riesgo sistémico
El riesgo no diversificable, también llamado riesgo sistémico, es aquel que se asocia al mercado en su conjunto. Es un riesgo que no afecta a ninguna empresa o activo en concreto, sino que cuando se produce afecta a todos los activos de un mercado. Ejemplos de este tipo de riesgo serían subidas de tipos de interés, inflación, guerras, cambios de gobierno, etc. En definitiva estamos hablando de un tipo de riesgo que el inversor debe asumir como inherente a la actividad de invertir. No podemos eliminar este riesgo mediante la diversificación.
Riesgo no sistémico
El riesgo diversificable, también conocido como riesgo no sistémico, es el riesgo específico a cada empresa o activo en los que podemos invertir. Las fuentes más habituales de este tipo de riesgo son el riesgo empresarial y el riesgo financiero de quiebra de un activo específico. Como inversores prudentes, podemos utilizar la diversificación para limitar el impacto que
pueden tener este tipo de eventos sobre el conjunto de nuestras inversiones.
Conclusión
La importancia de la diversificación y la amplitud de la cartera son esenciales para la conformación de un portafolio de inversión con un objetivo definido, rendimientos más estables y menor riesgo en el largo plazo. En los mercados financieros existen fondos de estrategia que combinan diferentes tipos de activos (renta variable, deuda, fibras, fondos de rendimiento absoluto, etcétera) y que ofrecen al amplio público inversionista un objetivo de inversión y un nivel máximo de riesgo. Estos fondos en el largo plazo tendrán rendimientos estables con una menor pérdida máxima esperada y un grado de protección al capital.

